Creatividad, conexiones humanas, gimnasia cerebral y pensamientos aleatorios.
La idea adecuada es a menudo lo opuesto a lo obvio.
— Alex F. Osborn
Las nuevas ideas fluyen cuando salimos del lugar al que nos conduce el pensamiento convencional. Busquemos alternativas a las cosas cotidianas que hacemos, utilizamos y que no nos cuestionamos normalmente.
La creatividad se desarrolla gracias al pensamiento divergente, pues es un proceso que genera ideas mediante la exploración de muchas posibles soluciones; además, contrasta con el pensamiento lógico que busca una sola solución correcta basada en nuestros conocimientos previos y ordenados.
Existen dos clases de pensamiento naturales en los seres humanos, el pensamiento lógico (convergente) y el divergente. Son dos procesos que el cerebro lleva a cabo a la hora de encontrar la solución a un problema y siempre tenemos la capacidad de desarrollar ambos.
El pensamiento lógico y el divergente fueron términos acuñados en 1967 por el psicólogo estadounidense Joy P. Guilford, como parte de sus estudios en torno a la estructura de la inteligencia, que se compone de tres dimensiones:
1. Las operaciones.
Los procesos mentales que lleva a cabo una persona para analizar la información recibida.
2. Los contenidos.
Semánticos, visuales, conductuales y simbólicos que amplían el mensaje.
3. Las respuestas.
Generadas por el sujeto a partir de la información recibida.
Es dentro de la primera dimensión “Las operaciones”, donde Guilford señala la existencia de dos formas de enfrentarse a los problemas: el pensamiento lógico y divergente.
Según Joy P. Guilford, el pensamiento lógico (convergente), es aquel que se produce en el hemisferio izquierdo del cerebro, se encarga de las funciones relacionados con la lógica, el lenguaje y la habilidad de elaborar una respuesta correcta a una pregunta, ordenando de manera lógica una información ya disponible. Es el tipo de pensamiento común.
El pensamiento divergente, por su parte, transcurre en el hemisferio derecho del cerebro, es particularmente útil para buscar soluciones a nuevos problemas y crear nuevas conexiones cerebrales. Para llevarlo a cabo, primero se deben abandonar las ideas preconcebidas.
Tener un pensamiento divergente no está ligado a tener un alto coeficiente intelectual, es independiente a la inteligencia de una persona.
Los ejercicios divergentes pueden transformar la actividad cerebral, así como tus hábitos mentales, incrementando la fluidez, la flexibilidad, la originalidad y la elaboración de tu pensamiento cotidiano.
Para establecer la identidad del pensamiento divergente, se debe partir de las diferencias que le separan del pensamiento lógico:
1. Mientras el pensamiento lógico es selectivo, es decir, importa ante todo la corrección lógica del encadenamiento de las ideas, el divergente es creador.
2. El pensamiento lógico se mueve sólo si hay una dirección en que moverse; el divergente se mueve para crear la dirección.
3. El pensamiento lógico se basa en las secuencias de las ideas; el pensamiento divergente puede efectuar saltos. De la primera forma se avanza de forma gradual; de la segunda forma no hay que seguir un orden determinado.
4. De manera lógica, cada paso que se dé tiene que ser correcto; en el pensamiento divergente esto no es necesario.
5. El pensamiento lógico es analítico; el pensamiento divergente es provocativo.
6. El pensamiento lógico excluye lo que no parece relacionado con el tema; el pensamiento divergente explora incluso lo que parece completamente ajeno al tema.
Existen actitudes, rasgos cognitivos, afectivos y sociales que definen a las personas con pensamiento divergente:
● Improvisación.
● Iniciativa.
● Intuición.
● Reflexión.
● Espontaneidad.
● Espíritu crítico.
● Empatía.
● Visualización.
● Independencia.
● Entusiastas.
● Exploración.
● Autogestión.
N. Lieberman, investigadora y psicóloga de la Universidad de Colombia, demostró en varios experimentos que el pensamiento divergente fomenta estados emocionales positivos tales como la alegría, el optimismo y el bienestar interior. El pensamiento divergente comprende la libre expresión, la estimulación de nuevas y originales ideas, la confianza y, además, la libertad de proyectar y seleccionar diversas opciones.
No solo aporta nuevas perspectivas a los problemas, sino que fomenta un estilo de vida mucho más saludable tanto a nivel psicológico como emocional, ya que para poder fomentar un pensamiento divergente es necesario practicar una buena gestión del estrés y de las emociones, la cual disminuye la aparición de psicopatologías habituales como la depresión y ansiedad.
El pensamiento divergente libera al ser humano de cualquier situación o circunstancia inmediata y es capaz de mantener siempre viva la posibilidad de transformar el presente.
Existen diversas técnicas para estimular este pensamiento divergente: Brainstorm o lluvia de ideas, lista de Roukes, la sinéctica y la escritura automática, entre otros. Explora estos conceptos en mis siguiente blog y comienza a ejercitar tus habilidades creativas.
Artista en foto: Antonio Cortés – Uglybästard
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Fuentes Bibliográficas:
“Creatividad y Pensamiento Divergente. Desafío de la mente o desafío del ambiente”.
Elisa Álvarez. Enero 2010. Bilbao, España.
“Design Synectics: Stimulating Creativity in Design”.
Nicholas Roukes. 1988. Massachusetts, USA.
Davis Publications Inc.